¿El contexto político puede afectar nuestra salud mental?
La naturaleza de la política
La política se origina desde el mismo ser humano, somos políticos por naturaleza y está dentro de nuestro proceso de socialización. Cuando las cavernas eran nuestros refugios, nos desarrollamos y convertimos en la primera sociedad; “la familia”. Entonces, apareció la necesidad de encargar a una persona de dirigir y organizar a las otras; es decir, la necesidad de un gobierno.
Con el paso del tiempo, las familias se agrupaban para ayudarse en la recolección de alimentos y en la defensa de otras familias; a esto se le llamó tribu, en la cual era necesario escoger a alguien que se hiciese cargo del gobierno (esta persona habitualmente era escogida entre los más sabios, los más viejos o los más fuertes), desarrollando la plena seguridad y de que nos gobierne con transparencia, con normas y valores. Hoy en día, en algunos países latinoamericanos esto se ha perdido, existiendo desconfianza en la supuesta élite política y una creencia de que ya no parecen ser agentes sociales capaces de solucionar los problemas existentes, generando un impacto en nuestra salud mental, manifestándose niveles de estrés, ansiedad y agresividad, tornándose cada vez más evidentes.Los antecedentes de violencia son la marcada y consecuencia de impactos negativos en la actualidad, conocemos por historia no solo en nuestro país, sino también mundialmente, donde líderes políticos han recurrido a la violencia y al desinterés del pueblo para así llegar al poder, creando opresión, amenaza y todo tipo de actos en contra los derechos humanos.
La violencia y la política
Para estudiar el papel de la violencia política nos basamos en la historia, donde muchos historiadores, filósofos y sociólogos como Tomás de Aquino, quien autorizó en el siglo XIII, el levantamiento popular contra los gobiernos tiránicos, y en el siglo XVI, Nicolás Maquiavelo, quien reveló que, la razón de un buen estado, justifica a veces realizar el mal menor para evitar el mal mayor y la crueldad puede estar justificada en un buen gobierno. Desde entonces, actos de terrorismo, genocidio, violencia de los derechos humanos, violencia policial, hambre, insurgencia, tortura, migraciones forzosas, etc., sobrepasaron los límites y estuvieron relacionados con el poder político; por lo que resumimos de que todo acto de poder político ha conllevado de alguna forma actos de violencia.Actualmente seguimos expuestos a la violencia y está afectando nuestro estado mental. Solemos recurrir a un ataque cibernético especialmente en redes sociales, detrás de un ordenador o por medio de nuestros teléfonos móviles expresando malestar con contenidos de rechazo, humillación, insultos, improperios hacia los demás con ideas contrarias a las nuestras e inclusive con un comportamiento hostil hacia otros con puntos de vista distintos en defensa de sus candidatos o líderes políticos de preferencia.
Por ende, esto lo menciono de manera muy personal, guiándome de mi sentido común y experiencia, la necesidad de llegar al poder o seguir a un grupo político, anula nuestro razonamiento y equilibrio emocional, implicando inclusive conductas violentas o de hostilidad hacia otros de diferentes ideales políticos.
Por otro lado, nuestros escenarios políticos son cada vez más surtidos; quiero decir, que son bloques hegemónicos de blancos o negros y que poco a poco dan pasos para representar, generando así un contexto político multipartidismo, este último está provocando grandes problemas a la hora de formar gobierno, conllevando a disputas e inestabilidad, En medio de ese ambiente, donde todo ciudadano espera acuerdos por el bien común, lo que vemos con más frecuencia son estrategias ineficaces para la ciudadanía porque solo están destinadas a ganar poder.
Una de las estrategias que suelen utilizar nuestros políticos es la “inflamación emocional”. Recurren a prácticas tan básicas como a provocar nuestro enfado y nuestra ira contra el adversario. Se tildan de incompetentes los unos a los otros, amenazan con futuribles catastróficos en caso de que gane el partido contrario. El objetivo final no es más que conseguir el voto. Sin embargo, ¿es efectiva esta estrategia? La respuesta es no. El chantaje emocional no insta a la mayoría de los votantes a ir a las urnas; porque lo que genera es hastío, agotamiento, escepticismo y estrés.
Por ende, esto lo menciono de manera muy personal, guiándome de mi sentido común y experiencia, la necesidad de llegar al poder o seguir a un grupo político, anula nuestro razonamiento y equilibrio emocional, implicando inclusive conductas violentas o de hostilidad hacia otros de diferentes ideales políticos.
Por otro lado, nuestros escenarios políticos son cada vez más surtidos; quiero decir, que son bloques hegemónicos de blancos o negros y que poco a poco dan pasos para representar, generando así un contexto político multipartidismo, este último está provocando grandes problemas a la hora de formar gobierno, conllevando a disputas e inestabilidad, En medio de ese ambiente, donde todo ciudadano espera acuerdos por el bien común, lo que vemos con más frecuencia son estrategias ineficaces para la ciudadanía porque solo están destinadas a ganar poder.
Una de las estrategias que suelen utilizar nuestros políticos es la “inflamación emocional”. Recurren a prácticas tan básicas como a provocar nuestro enfado y nuestra ira contra el adversario. Se tildan de incompetentes los unos a los otros, amenazan con futuribles catastróficos en caso de que gane el partido contrario. El objetivo final no es más que conseguir el voto. Sin embargo, ¿es efectiva esta estrategia? La respuesta es no. El chantaje emocional no insta a la mayoría de los votantes a ir a las urnas; porque lo que genera es hastío, agotamiento, escepticismo y estrés.
Dentro del contexto político en nuestro país, hay quienes se sienten hastiados, aburridos y otros que defienden sus firmes convicciones políticas. Todos tenemos una opinión sobre el contexto sociopolítico que vive nuestro país y se fortifica nuestra postura acorde la experiencia vivida.
Teniendo en cuenta, las ininterrumpidas temporadas de crisis política que nuestro país ha pasado, antecedentes de violencia y por los escenarios rígidos que nuestros políticos han construido hasta la fecha; hemos sido afectados de manera brusca, nuestra salud mental; conllevando a tener crisis de ansiedad, estrés, estados de alerta, desequilibrio emocional y conducta explosiva de manera intermitente. El efecto de la política en nuestra salud ya está en evidencia, un estudio realizado por el Dr. Kevin B Smith, donde reveló lo siguiente:
- El 20% ha perdido una amistad o una relación cercana con un miembro de la familia a causa de la política.
- El 31.8% dice que mirar medios de comunicación con puntos de vista contrarios a los suyos les produce estrés y malestar.
- Al 22.1% de la población le preocupa mucho que gane las elecciones un determinado partido político.
- El 11% ha llegado a experimentar un problema de salud relacionado con la política.Las personas con un trastorno maniaco/depresivo y de ansiedad son las que más sufren el efecto de la política en sus vidas.
Datos que debemos tener en cuenta; sin embargo, profundizaremos otros factores:
A la fecha, se observa muchas personas con vulnerabilidad psicológica en temas relacionados a actos políticos, si los trastornos de ansiedad y depresión han llegado a gran escala y el afrontamiento al estrés está cada vez está más pobre debido a la deficiencia del sector salud y a la falta de atención primaria, entre otros factores; pues queda decir, que en temporada de candidatura electoral y la sobre información relacionada la política, genera altos niveles de ansiedad, estrés e inclusive episodios depresivos y conductas violentas; citando al Dr. Kevin. S y Matthew V, donde publicaron un estudio el pasado septiembre en el boletín PLoS ONE donde dio pistas sobre el precio que el estrés puede tener: aproximadamente una quinta parte de los encuestados, más de 800 personas, informaron que tuvieron mal sueño, fatiga o depresión debido a la política. Más de un 11% dijo que la política había dañado su salud por lo menos un poco.Estamos hablando de miles de millones de personas que dicen perder el sueño debido a la política. Yo perdí un amigo debido a la política, dijo Smith.Melissa DeJonckheere, profesora asistente del departamento de medicina familiar de la Universidad de Michigan en Ann Arbor, vio resultados similares en una encuesta más pequeña relacionada con la elección presidencial de 2016, en la que se entrevistaron jóvenes de entre 14 y 24 años. Un 86% informó tener problemas de ansiedad, miedo o la sensación de que las cosas estaban fuera de su control durante el periodo previo a la elección. Aproximadamente una quinta parte informó problemas físicos, como no poder dormir o quizás tener náuseas. Dentro de los resultados los más jóvenes y que están desempleados, son los que sienten más niveles de estrés e inestabilidad emocional con conductas explosivas según los datos, aunque puede que los costos de la política fueron inusualmente agudos.
La ansiedad y el estrés no siempre es accidental, las campañas electorales se alimentan del miedo y a eso, junto a las medidas que se han intensificado acerca de cómo lidiar con el coronavirus, entonces nuestro cuerpo se encuentra en un estado de más crónico de lucha que de huida comparado con la pandemia; después de todo la idea es escoger una de las partes y seguir avanzando académica y profesionalmente.
Tu mente es como el tofu, adquiere el sabor de lo que usas para condimentarloMantente informado leyendo las noticias por la mañana, pero también escucha algo de radio, y evita la sobreinformación completamente en la TV. Haz lo posible para mantenerte alejado de las noticias en tu teléfono". Cuida tu salud mental.


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