Rumiación. Cuando nuestros pensamientos nos atormentan.

 

Nuestros pensamientos se manifiestan en nuestra mente, teniendo el control de nuestro estado de ánimo y algunas de esas representaciones mentales pueden apoderarse de nosotros, dando vueltas y vueltas sin poder detenerse. Aquellos pensamientos recurrentes se tornan en obsesiones, incapacitando nuestro juicio y de alguna manera estaría afectando nuestras emociones y forma de actuar.


¿Qué entendemos por Rumiación?

El término, Rumiación, posiblemente sea desconocido o quizás no sea muy común en alguna conversación; sin embargo, podríamos darnos cuenta, que seguramente sea algo que te haya pasado, o estás pasando. La rumiación es un término impuesto por Nolen Hoeksema. Son pensamientos repetitivos sobre el malestar anímico experimentado; pensamientos que nos generan preocupación y angustia. También se podría denominar como pensamientos negativos que llegan a repetirse en nuestra mente y que nos deja en un estado de preocupación constante; probablemente todos los síntomas estén relacionados con episodios de ansiedad, obsesiones y temores.

 

¿Por qué se produce?

De hecho que las experiencias que vivimos van a influir determinadamente; es decir que nuestros pensamientos van depender de las situaciones que nos pasan y/o experiencias vitales; por lo que condicionarán la manera de cómo veremos el mundo, aunque también se relaciona con traumas que más adelante desencadenaría, en trastornos de ansiedad.

Podemos entender que las rumiaciones no solo se manifiestan en personas diagnosticadas con trastorno de ansiedad; sino también a aquellas personas que experimentan situaciones que generan una alta demanda de preocupación y angustia. ¿Quién no se ha enfrentado a un examen importante y sentir la incertidumbre de rendir o no rendir correctamente? o si has experimentado alguna preocupación recientemente y temes porque algo pueda pasar o algo pueda salir mal; no cabe duda que se puede presentar rumiaciones en personas que no hayan sufrido ansiedad. En contraposición a ciertas personas que sí sufren de ansiedad, de ese modo se presentaría con mayor facilidad y de mayor nivel; puesto que la sintomatología de ansiedad, hace que los pensamientos negativos o catastróficos estén de forma más presente y más obsesivas.


¿Qué no debemos hacer?

Muchas personas preguntan sobre el porqué de esos pensamientos, que aparecen y que siempre dan vueltas y vueltas en nuestra mente, que cuanto más intentan en desaparecerlas, más frecuente se hacen. Existen diferentes métodos psicoterapéuticos, así como estratégicas que considero yo, que son principales y a tener en cuenta; no obstante, es necesario solicitar ayuda profesional. Si estas consideraciones que plantearé a continuación, se les hace muy complicado; no dudes en solicitarme asistencia y poder agendarte una cita.


1. No hay que forzar nuestra mente

No debemos bajo ningún concepto, forzar nuestra mente para intentar que algo ocurra, obviamente cualquier cosa que queremos hacer o forzar la mente para que desaparezca, lo único que lograremos es intensificarla. Por ejemplo: si quieres dormirte sin poder hacerlo; y lo que quieres es hacerlo de forma forzada, lo que estarías generando son niveles de ansiedad extra y en definitiva sería totalmente contraproducente con lo que quieres hacer, no solo podrás dormir, sino también estarías alterando tu sistema nervioso y el descanso se iría alejando cada vez más.

Los pensamientos se encuentran en dos sectores: La mente consiente y la mente inconsciente; esta última es la mente a la que no tenemos acceso de forma consiente y los pensamientos negativos mayormente se encuentran en la mente inconsciente.

 

2. No hay que analizar el porqué

Otra cosa que no debemos hacer es preguntarnos el porqué de los pensamientos negativos. Dependiendo el grado de ansiedad que una persona pueda experimentar, es común que se pregunten ¿Por qué me esta pasando esto a mi? ¿Por qué fui yo el elegido de pasarla tan mal?. La rumiación, como la sintomatología de ansiedad tiene un inicio y un final; es decir, que las mismas desaparecen, lo que quiero decir no es que esperemos tranquilos a que termine en desaparecer, sino a tener mayor entendimiento de lo que nos está pasando, ser consiente que estamos experimentando un episodio de ansiedad; aunque en otro sentido, si intentamos analizar el porqué de nuestra sintomatología, no nos ayudará en nada, al contrario; se generaría un nivel mayor de ansiedad.

 

3. No hay que reflexionar las rumiaciones

Es cierto que aparecen pensamientos catastróficos e inclusive macabros, que hasta nosotros mismos nos dan miedo y es común que nos preguntemos: ¿Cómo puede ser que algo tan horrible esté pasando por mi cabeza? ¿Cómo puedo creer que esto me pasará?. Podemos llegar a creer que incluso estaríamos perdiendo la cabeza y que estos pensamientos son de una persona enferma. En realidad esto no es así, somos consientes que dichas rumiaciones que se encuentran en nuestra mente inconsciente, son producto de experiencias vividas y aparecerán de alguna manera. Podemos dar un ejemplo con "las fobias de impulsión"; es decir, aquellas personas que temen perder el control y que piensan que pueden hacer daño a alguien o a dañarse así mismo; dichas fobias de impulsión, traen mucho autoanálisis a las personas que no saben gestionarlas.

Jamás debemos analizar los pensamientos que nos atormentan, lo que debemos hacer es analizar nuestras palabras; estos pensamientos son irracionales pero no por eso, vamos a perder la capacidad de voluntad o nuestro control. Necesariamente debemos entender que solo es nuestro temor por lo que se puede intensificar y lo que nos está ocurriendo es un episodio de Ansiedad.

En síntesis, las rumiaciones forman parte de episodios de ansiedad, ya sean de menor a mayor niveles y lo que hacen es atormentarnos, afectando nuestro estado emocional y por ende dificultando nuestras actividades. Si estas pasando un proceso de ansiedad, lo primero que debemos de hacer es solicitar ayuda profesional, puesto que la condición nos puede llegar a limitar la vida. Sin embargo, no debemos dejarnos llevar por esas obsesiones y mucho menos no debemos alimentarlas. Por eso teniendo en cuenta estos tres puntos anteriores: No debemos de forzar a que nuestros pensamientos se vayan; de no analizar el porqué de lo que nos esta pasando y que tampoco reflexionemos por nuestros pensamientos irracionales.

¡Importante!

La presente información no sirve de diagnóstico, el mismo requiere de una evaluación psicológica y/o consulta por parte de profesionales de la salud mental. Si tienes algunos de los siguientes síntomas, te preocupas demasiado ante distintas situaciones que interfiere con tus actividades, relaciones u otros aspectos de tu vida, puedes solicitar apoyo con uno de nuestros profesionales de salud mental.
Iniciar Terapia aquí

0 Comentarios